De mi padre.

Agradezco antemano todos los buenos deseos que he recibido por el fallecimiento de mi padre, hoy a las 2:16 A.M., me siento dichoso de saber que tengo amigos que me animan a seguir adelante pese a todo, y una fe en Dios muy bien plantada en que mi padre está en un lugar feliz, detrás del velo y reconociendo maravillas de nuestro Creador.

Hoy, después de haber organizado el servicio póstumo a mi padre, quién daría mensajes, quién iba a ofrecer la oración inicial y la oración final, y cuales himnos se iban a cantar, decidí regresar a casa, pues no había dormido, sin embargo me puse a arreglar la ropa de mis padres para ir donando la que perteneció a mi papá y acomodar la de mi mami en otro lado. Cada prenda tiene un recuerdo, mejor dicho, muchos, algunos alegres, otros tristes, otros un poco amargos, como en todos lados, había variedad en cada una de ellas. Playeras de manga corta, pantalones de mezclilla, tenis, y gorras que él usaba, tienen esa firma, eso que recuerda a mi papá. Por eso decidí escribir esto.

Miguel Ángel Mora Luna nació en 1945, en Pachuca, hijo de Eladio Mora Hernández y Maria Luisa Luna Richards, un peón de rancho y la hija de un ranchero muy rico, que se escaparon para casarse, algo muy típico de esas épocas, Miguél fue el tercero de cinco hijos, Carlos, Rosario, él, Guadalupe y Jesús, fue un niño alegre, muy travieso y juguetón, y el consentido de su madre por las ocurrencias que tenía, creció y empezó a trabajar en una fábrica de carros de ferrocarril a los 14 años. Era muy ingenioso y aprendía rápidamente el uso de todo tipo de maquinaria, desde artículos de carpintería hasta maquinado automotríz, y en sus ratos libres era baterista del grupo de rock hidalguense "The Skyscrappers", además de pertenecer al pentatlón. a los 21 años se casó con María de los Ángeles Ramírez Gómez, de 16 años, y tuvieron cuatro hijos, entre ellos, yo.

Mi padre, como ya dije antes, era muy ingenioso, y descubrió cómo mejorar ciertos procesos en la fabricación de piezas automotrices, y al principio por necesidad y después como labor, gusto y trabajo permanente, comenzó un negocio de pintura automotriz, inicialmente con una pequeña compresora de carpintero y pistolas de presión hasta conseguir modelos profesionales, mientras seguía como obrero en CNCF SA, que en ese entonces fabricaba el metro de la ciudad de México. Hay varias cosas por las que él es recordado, su excelente sentido del humor, su capacidad creativa tanto en maquinados como en pintura automotriz y su generosidad hacia los demás, algo por lo que ha sido reconocido desde hace varias décadas.

Desgraciadamente, para él era muy difícil decir "Te quiero, hijo". Si bien nunca dejé de tener su apoyo, respeto y cariño, era silencioso y no muy expresivo, pero para mí valía mucho. Tuvo que sufrir mucho dolor para poder soltar esas dos palabras que yo esperé muchísimo tiempo, y las dijo el 3 de febrero de 2013. Hermanos, La muerte es una transición, una espera y una enseñanza para el progreso eterno, de acuerdo a nuestra fe y a nuestras obras, las cuales hablarán por nosotros ante Dios en su momento. Si bien mi padre en su juventud cometió varios errores, en los tres meses previos a su fallecimiento, resarció toda la falta que nos hizo su amor, y eso es lo que me llena de felicidad. Tuve el padre que no tuve tantos años, ese que tanto pedí a Dios, y haré lo posible porque él esté orgulloso de mí a partir de ahora que está recibiendo el evangelio que ya estaba conociendo en vida.

Estimados amigos, a veces cuando llegan acontecimientos como éste, descubre uno que lo más importante es aquello que se lleva en el alma, que la familia es un regalo de Dios y debemos apreciarla, son nuestra sangre, nuestro legado, y aquello que hablará de nosotros al final, puesto que no importará cuánto dinero hayamos ganado, cuántos amigos tengamos, cuánta fama adquirimos, sino más bien, qué ejemplo hayamos dado a nuestros hijos, cuánto amor les dimos y cuán feliz fue nuestra pareja de ser compañero(a) y copartícipe de la creación y educación de nuestros vástagos. Yo no calificaré a mi padre, él era así y de él tomo lo bueno, su amor por el trabajo, y honradez, su afán por aprender, su humor chispeante y a veces algo ácido y su fuerza de voluntad, que permitió que luchara contra corriente para sacar adelante a cuatro hijos y ayudara a mucha gente que lo recuerda con cariño, lo demás, defectos, errores, cosas que pudieron haber pasado que no fueron muy agradables, se ha ido ya hace mucho tiempo. Gracias papá, vives en mi corazón.

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